
Raúl Ricardo Alfonsín, ex Presidente de la Nación y referente de la Unión Cívica Radical, se encuentra en reposo debido a su delicado estado de salud.
El dirigente radical fue intervenido quirúrgicamente en los Estados Unidos por un tumor en un pulmón y desde hacen tres meses se encuentra en su domicilio particular recuperándose.
Convalesciente y todo, Alfonsín es una persona que no puede dejar de intervenir en política. A mediados de agosto recibió la visita de la Sra. Presidente Cristina Fernández, en un gran gesto de convivencia democrática. En distintos momentos, se acercaron también Ricardo López Murphy y Elisa Carrió, líderes de Recrear y la Coalición Cívica, respectivamente.
El último político en haber visitado al ex Presidente es Julio César Cleto Cobos, actual Vice Presidente de la Nación, con quien mantuvo una entrevista para dialogar de la realidad política de la Argentina.
Si bien ya no goza de los altos niveles de popularidad que ostentó al llegar a la primera magistratura en 1983, a lo largo de estos casi 25 años ininterrumpidos de democracia, Raúl Alfonsín es una personalidad muy respetada dentro de la escena política de nuestro querido país.
Un poco de su quehacer.
*En 1975, fundó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, institución desde la cual abogó por el respeto a la diversidad de opinión.
*Defendió a los perseguidos por la (oscura) Triple A y después a los perseguidos durante la época de los Gobiernos de Facto.
*Ofreció sus servicios de abogado para defender a los detenidos por causas políticas.
*Asimismo, Alfonsín fue uno de los pocos políticos que tuvo la valentía de oponerse públicamente a la Guerra de Malvinas, la cual acertadamente entendió que fue usada como pretexto para intentar reforzar la Dictadura Militar que gobernaba con Leopoldo Fortunato Galtieri a la cabeza.
La Presidencia de Alfonsín (1983-1989) empezó auspiciosa, aunque después de 1985 se fue desgastando paulatinamente hasta desembocar en la hiperinflación que produjo su abrupta salida del Gobierno. Se le puede recriminar cierta inoperancia en materia económica, pero hay que reconocerle que pudo preservar la institucionalidad de la República Argentina, a pesar de tener que soportar tremendas presiones sindicales, militares y de los grupos económicos.
*Tuvo la valentía de impulsar el Juicio a las Juntas Militares, un hecho sin precedentes en el mundo. Las Fuerzas Armadas se resistían firmemente a ser sometidas a juicio por las autoridades constitucionales y es por eso que mantuvieron en jaque el Gobierno de Alfonsín; para menguar la ira militar y salvaguardar la institucionalidad, Alfonsín promovió las controvertidas leyes de Obediencia Debida y Punto Final.
*Tuvo que soportar intentos de Golpes de Estado tanto desde los militares en 1987, como también de la guerrilla marxista en 1989.
*Su compromiso con el federalismo fue tal que intentó trasladar la Capital de la República a la Ciudad de Viedma (Río Negro) con el noble fin de descentralizar el poder económico y político que Buenos Aires posee desde los albores de la época colonial. A tal fin, constituyó el Ente para la Construcción de la Nueva Capital - Empresa del Estado (ENTECAP), el cual fracasó por las inmensas presiones del sector político y periodístico que tenían sus intereses en "La Reina del Plata".
*Luchó contra la hegomonía patoteril de los gremios al presentar un proyecto en el Congreso para que los Sindicatos contemplen a sus minorías en la conducción.
Como los gremios están gobernados por personajes atornillados al poder en forma vitalicia, sufrió sucesivos embates contra su gestión: tuvo que soportar 13 huelgas generales impulsadas por el impresentable Saúl Ubaldini.
Muchos que vivieron esos años, asocian la imagen de Raúl Alfonsín casi instantáneamente con la hiperinflación que anticipó su caída, nada mas falso, pues son los mismos que "no recuerda a Herman Gonzalez incautando los ahorros en Enero de 1990".
Creo que, al igual que la precipitada caída de De La Rúa en el 2001, no hay que ser demasiado inteligentes para observar que, más allá del caos económico que reinaba en el país, esos saqueos que veíamos por televisión fueron de dudosa espontaneidad.
Personalmente, el principal mérito de este político es que fue siempre un hombre democrático: evitó gobernar por Decreto (más allá de que en más de una oportunidad debería haberlo hecho) y tuvo el mérito de entregar el poder a otro civil, lo cual no ocurría en la Argentina desde 1916.