El 27 de agosto de 1920, desde el Teatro Coliseo de Buenos Aires en la calle Cerrito y Charcas , un grupo de radioaficionados liderado por Enrique Susini transmitieron “Parsifal”, de Ricardo Wagner. Se trato de la primera transmisión radial del mundo con continuidad en el tiempo.
Estudiaban Medicina en la Universidad de Buenos Aires y terminaron siendo los responsables de la primera transmisión de radio del país y, del mundo.
Esa noche entre las 21 y las 23, un grupo de aficionados integrado por Enrique Susini, Miguel Mujica, César Guerrico y Luis Romero, a quienes luego se los llamó “Los locos de la azotea”, instalaban un modestísimo equipo para transmitir la ópera “Parsifal” de Ricardo Wagner desde el Teatro Coliseo. Se trataba según algunos historiadores, de la primera transmisión radial del mundo con continuidad en el tiempo.

Enrique Susini, Miguel Mujica, César Guerrico y Luis Romero
La emisión de la ópera Parsifal fue una de las tantas transmisiones radiales que por ese entonces se realizaban en forma experimental tanto en la Argentina como en otras partes del mundo. Sin embargo, se la puede calificar de “la primera” en el sentido de que se trató de transmisión de una obra artística completa e inauguró la regularidad y sistematización en el servicio; ambas, condiciones que aún no se habían producido.
Sudamérica fue la iniciadora de la era de las transmisiones internacionales aunque con cierta cuota de viveza criolla.
Recién el 2 de noviembre de 1920 se emitió en los Estados Unidos el primer programa de radio, que difundió desde Pittsburgh los resultados de las elecciones presidenciales.
Un año más tarde L.O.R. Radio Argentina , primera licenciataria de la radiodifusión nacional, transmitía regularmente desde diversos teatros, e inclusive desde el propio Colón, con lo que se marcha un tono cultural. Hasta que llegó el 12 de octubre de 1922, día en que se realizó lo que podría denominarse la “primera cobertura periodística”: la asunción a la presidencia de Marcelo T. de Alvear.

La hora oficial
En los años veinte, Radio Argentina inauguró la costumbre de anunciar los cuartos de hora, las medias horas y las horas emitiendo un gong, que se lograba golpeando una lata de aceite. Poco tiempo después, Radio Cultura incorporó el anuncio de la hora, aunque en este caso el gong se conseguía con el golpe de un martillo contra una sartén colgada en la pared del estudio. En Radio Nacional, el técnico Jenaro Tínelli inventó un sistema compuesto por cinco botellas sincrónicamente cargadas de arena unas y de agua otras.
En todos los casos, se hablaba de la hora "oficial", aunque no era exactamente así. Entre una y otra emisora solían haber importantes diferencias de minutos. Tiempo después, el Observatorio Naval puso en el aire una señal acústica indicadora de las medias horas y las horas en punto. A partir de ese momento, las emisoras comenzaron a utilizar sus rudimentarios gongs para acompañar su señal identificatoria y luego los reemplazaron por xilofones o triángulos.
En 1923 se producen otros dos acontecimientos pioneros: comienza a funcionar L.O.X. Radio Cultura, la primera emisora comercial que financia sus espacios con material publicitario, y el 14 de septiembre de ese mismo año la pelea Firpo-Dempsey da origen al primer empleo de la radio en función netamente periodística, un acontecimiento que será completado en 1924 con otro episodio igualmente inaugural: la transmisión del partido Argentina – Uruguay desde la cancha de Sportivo Barracas.

En 1925, el Ministerio de Marina impuso a las emisoras el uso de características. Así, las emisoras que funcionaban en ese momento pasaron a llamarse LOY Radio Nacional, LOX Radio Cultura, LOR Radio Argentina, LOV Radio Brusa y LOW Grand Splendid. En 1929, estas características fueron cambiadas por dos letras y un número, con lo que nacieron las que se conservan hasta hoy. El 1934 se puso en vigencia la reglamentación que obligaba a las emisoras a intercalar la palabra “radio” entre la características y el nombre de la emisora.
En agosto de 1970, al cumplirse 50 años de la primera transmisión radiofónica, Susini, Romero Carranza y Guerrico recibieron el homenaje del Gobierno nacional, que les entregó medallas recordatorias e instituyó al 27 de agosto como el Día de la Radiodifusión.
Enrique Susini y sus tres amigos, un mes después de la primera transmisión, y finalizadas las funciones del Teatro Coliseo, realizaron emisiones especiales en las que, además de ser el speaker, Susini cantaba en castellano, francés, alemán, italiano y ruso. Para disimular un elenco tan reducido, se cambiaba de nombre para cada idioma.
La Radio Argentina de Susini también fue pionera en otros aspectos: fue la primera en propiciar un noticiario, al formar un equipo de locutores y ser inscripta como empresa en un registro internacional, y obtener la primera patente de marca en su tipo anotada y reconocida por la UIT en todo el mundo.
La radio osciló en sus comienzos entre la función meramente intermediaria y reproductora (la que preside, en cierta forma, la primitiva transmisión de óperas) y la exploración de sus propios lenguajes y de sus códigos comunicacionales específicos (la que determina, en gran medida, el desarrollo del radioteatro hasta alcanzar formas autónomas y muy depuradas desde el punto de vista del empleo de la imaginación, los silencios, los efectos sonoros, los planos de la voz humana, las cortinas musicales y el desarrollo dramático.
La radiofonía argentina no tardó en elaborar sus propios patrones, que dieron amplia cabida a las expresiones más variadas de la cultura popular y de la cultura de élite.
La radio fue, y sigue siendo, el vehículo de difusión de los grandes eventos sociales e históricos ocurridos en la Argentina desde los tiempos de Alvear, tanto en el plano de los menudos acontecimientos de la vida cotidiana como en el de los grandes hechos de trascendencia: arribo de huéspedes ilustres, festejos de Carnaval, concentraciones populares, desfiles militares, golpes de Estado, campañas electorales, revoluciones, asunciones presidenciales, festejos patrios, y tantos más.
Los grandes diarios -en especial La Prensa- criticaban el rol informativo de las radios, ya que consideraban que se trataba de un derecho fundamental de la prensa escrita.
Hacia las postrimerías de la primera década de funcionamiento de la radiodifusión en nuestro país, un recorrido por el dial porteño permitía sintonizar – de izquierda a derecha- estas quince estaciones:
LS6 Radio del Pueblo
LS8 Radio Sténtor
LS2 Radio Prieto
LR8 Radio París
LS5 Radio Rivadavia
LR9 Radio Fénix
LR4 Radio Splendid
LR3 Radio Belgrano
LR2 Radio Argentina
LR6 Radio La Nación
LR5 Radio Excelsior
LR10 Radio Cultura
LS1 Broadcasting Municipal
LS4 Radio Porteña
LS5 Radio Mayo
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