jueves, 24 de abril de 2008

cómo se vive el incendio en san pedro y victoria, el delta más profundo

El drama de los pobladores que jamás vieron a un brigadista

Son víctimas de una doble situación: los acorralan el fuego por un lado y, dicen, los Gualtieri por el otro. Mientras eso ocurre, el Estado los ignora, los acusa –Cristina– de haber originado los incendios y los abandona en la lucha contra las llamas.
Los hijos de Oscar Cáceres y sus vecinos, con barbijos y antiparras intentan combatir el fuego. Usan mochilas de agua y las ramas más frondosas.
No vieron aviones hidrantes ni bomberos ni barcos de la Prefectura. Pero ven el fuego crecer y las llamas que se les vienen encima. La imagen es literal. Hace 30 días que los integrantes de la familia Cardozo, pequeños productores de las islas Las Lechiguanas, en el delta del Paraná, respiran humo. Viven aquejados por un dolor de cabeza persistente y contemplan, todo el tiempo, la decepción: a una distancia cada vez menor, una franja infernal que se advierte viva y que amenaza con comerles la casa.

Lejos del circo mediático montado por el gobierno nacional en la localidad de Zárate, los pobladores de esa zona, unas 50 familias que viven de lo que cazan y pescan, combaten el fuego de frente y sin ayuda. Marchan hasta las llamas con barbijos y tractores y cavan zanjas en la tierra para detener el avance. Dicen que la única vez que vieron a alguien por acá fue el día en que Cristina Fernández sobrevoló la zona de Zárate. Por agua, en simultáneo, se adentró una patrulla de la Prefectura Naval. Se suponía que estaba haciendo un reconocimiento del lugar afectado para luego atacarlo, pero no. Los prefectos anclaron en un recodo del río y se echaron a dormir una siesta.

Pero los Cardozo, como sus vecinos los Cáceres o los Carnero, no son sólo víctimas del fuego. Su tierra es tierra caliente en varios sentidos. Las Lechiguanas es un espacio tropical, atravesado por canales y riachos menores.

De las 300 mil hectáreas que ocupa, entre el sur de Entre Ríos y el norte de Buenos Aires, 56 mil pertenecen a la empresa agropecuaria Deltagro S.A., propiedad del grupo Gualtieri. Los hermanos Salvador y Victorio Gualtieri llegaron en 1999. Compraron varios lotes fiscales al estado de Entre Ríos, otro tanto a través de remates y otra porción a pequeños chacareros. Luego comenzaron un plan expansivo de acopio que llega hasta estos días y que consiste en operar sobre los pobladores locales, haciéndolos firmar comodatos y cesiones de las parcelas que ocupan desde siempre. Consideran que ellos son los dueños de la tierra, donde proyectan una megaexplotación ganadera, y que sus campos están intrusados por esta gente que vive allí desde hace varias generaciones. Para ratificarlo, se encargaron de plantar bandera. En los últimos meses, a pocos metros de cada casa, empleados de la firma estacaron carteles con la leyenda definitiva: “Propiedad Privada Deltagro SA”.

Rosalía Quintana, isleña, madre de 16 hijos, tiene el humo a sus espaldas y los documentos de la polémica entre las manos. El 27 de febrero pasado atracó en su muelle una lancha con un policía y un abogado de Deltagro. “Me hicieron firmar esto, me dijeron que tenía que hacerlo para que no haya problemas con la tierra. Después descubrimos que era como darles todo lo nuestro a ellos. Pero imagínese que no podemos irnos de acá. Ni con el humo podemos irnos de acá”, explica Rosalía, 50 años.

Su marido se llama Oscar Cáceres: la pintura de un nacido y criado en la humedad del Delta.

–No sé qué pensar. Nosotros nunca prenderíamos fuego. Estaríamos locos.

–¿Quién lo encendió, entonces?

–No sé. ¿Querrán corrernos con fuego porque no nos pueden sacar de otra manera?

El abogado que bajó en este paraje aquella vez se llama Marcelo Sánchez. Es el operador de los Gualtieri en el área de islas. Y lo admite. “Es cierto todo, pero en este marco: Gualtieri es dueño de la tierra donde vive esa gente.”

–¿Quiere decir que compró con las familias adentro?

–Los títulos de dominio dicen que los campos se entregaban libre de ocupantes.

–Pero esa gente nació ahí.

–Tiene que demostrar que hace 20 años que están ahí. Si hay gente que vive en forma irregular yo los tengo que desalojar. Pero mientras tanto, los hago firmar un comodato y hasta les permito tener sus animales.

–Se dice que ustedes los quieren correr con fuego porque no pueden hacerlo de otra manera.

–Yo no puedo contestar a algo tan falaz.

Los comodatos convierten a los isleños –que firman sin saber firmar ni leer– en comodatarios y a Deltagro en comodante. A partir de la rúbrica, el comodatario se ve restringido: los isleños sólo pueden tener unos chivos y unos terneros para la subsistencia, pero no pueden producir. Del mismo modo, no pueden hacer reclamos de ningún tipo por el espacio en el que viven y si quieren valerse de algún fruto de la zona, tampoco pueden hacerlo directamente: deben comprárselo a Deltagro.

Pero a este ritmo, mientras no llueva y el Estado siga sin entrar a combatir las llamas, los frutos se convertirán en un recuerdo, las tierras de Gualtieri serán un desierto negro y las familias que allí viven deberán ser evacuadas.

A la altura de la isla Las Lechiguanas, el Paraná es un río sin orillas, un curso de agua estática, dominado por la bruma, en el que respirar se hace difícil. Remontarlo en una barcaza remite a escenas de la película Apocalypse Now. Hay ganado refugiado en sus costas, vacas que miran fijo y que pronto morirán por inanición; árboles negros petrificados y algunas construcciones cerradas, en estado de abandono. Río arriba, en casa de la familia Carnero, Soledad, madre de cuatro de hijos, pide medicamentos para el dolor de cabeza. Dice que no pueden más. “No sé puede dormir. Y no hay mucho que hacer. Sin lluvia esto no se apaga”, explica.

–¿Vino alguien por acá del plan de lucha contra el fuego?

–Quién va a venir.

–¿Y qué hacen?

–Mi marido y mis hijos están allá (señala una columna de humo) viendo si lo pueden apagar.

Soledad ofrece su lancha para ir hasta la zona crítica. La conduce a través de un canal alternativo y, a medida que avanza, el humo va conformando una pared. Hace cuatro horas que Crítica de la Argentina está recorriendo el curso del Paraná y no hubo ninguna señal de nada: las llamas de este lugar son más densas que las de Baradero y Zárate, y gozan de buena salud. Nadie ha venido por aquí para intentar apagarlas.

Y la gente está dolida. “Sabe –dice Soledad, mientras su marido y sus hijos, que acaban de regresar del frente de fuego, reparan un tractor–, la Presidenta se equivocó. Ella y los ministros salieron a decir que nosotros habíamos prendido el fuego y eso es una locura porque sería ir contra nuestras cosas.”

La secretaria de Ambiente, Romina Picolotti, por lo visto, parece no llegar a comprender. Hace 15 días, cuando los fuegos se descontrolaron y el humo invadió la ciudad de Buenos Aires, dijo: “Estos incendios son intencionales para engordar más rápido el ganado”. Pero alcanza con una recorrida para entender que está equivocada. Los pasturas, con el objetivo de revitalizar los suelos, se encienden cuando llega la primavera, después de las heladas. Nunca antes del invierno, que es la época en la que más alimento se necesita para el ganado. “Si quemamos –dice Carlos Carnero y se quita el barbijo– las vacas mueren.”

¿Quién encendió el fuego entonces? Los pobladores locales no quieren acusar a nadie. “Yo no puede señalar a mi vecino”, dice Cardozo, la cara negra de humo. La hipótesis del Gobierno señala que el incendio fue provocado por productores agropecuarios o grandes propietarios que quemaron porque querían aumentar sus rindes, ganar más dinero, y todo se les fue de las manos. Antonio Passaglia, el productor y dueño de 68 mil hectáreas hoy prófugo, sería en este escenario la encarnación del mal. Uno de sus puesteros, Daniel, declaró a La Radio de San Pedro que la culpa la tienen “los que realizan tareas menores. Es ilógico pensar que alguien que tiene 3.000 cabezas de ganado como Passaglia destruya su propio terreno”.

Otras teorías deben ser contempladas. Como por ejemplo la de los bomberos: en la zona del Delta no llueve desde hace 60 días, tampoco hay viento, el pasto está seco, la temperatura es elevada para esta época del año y la humedad es altísima. Mientras todo eso sucede, el escenario es de catástrofe. Y el fantasma de la evacuación de gente, una idea que aterra al Gobierno por el impacto mediático que podría tener, al cierre de esta edición, parecía materializarse. Nélida, una mujer que habita un paraje cercano a Las Lechiguanas conocido como Vuelta del Sur, avisó por teléfono que el fuego estaba a menos de mil metros de su casa. La Prefectura se disponía a llegar hasta el lugar para decidir si sacaban o no a la mujer y a su familia de allí. La tragedia humanitaria comenzaba a tomar forma.

Conferencia de Picolotti: puro humo

La Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Romina Picolotti, llamó a una conferencia de prensa para denunciar que “durante un vuelo de reconocimiento, a 20 kilómetros del perímetro donde los brigadistas combaten el fuego, volvimos a encontrar gente incendiando. Este nuevo foco lo atribuyo a la codicia extrema. El objetivo es engordar el ganado lo más rápido posible”. El coordinador del Plan Nacional de Manejo del Fuego, Sergio Rusak, pudo ver a dos personas que encendían un foco. Picolotti explicó que se dio intervención al Ministerio de Justicia ya que es posible identificar al propietario del predio. Advirtió, además, que por la rotación del viento podría sentirse el humo en la ciudad de Buenos Aires hoy. También señaló que una familia debió ser evacuada de la zona de la quema.

Uruguay pidió explicaciones

El Ministerio de Relaciones Exteriores uruguayo informó que el lunes recibió una comunicación oficial de la Cancillería argentina en la cual señala que realiza “todos los esfuerzos” para controlar los incendios en zonas agrícolas y que el humo “no sería tóxico”. El sábado, el embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo, había elevado una nota a las autoridades argentinas en la cual expresaba “la honda preocupación [...] ante los evidentes efectos e inconvenientes que este fenómeno ha causado a nuestra población”.

Las tres hipótesis del incendio

Hay tres posibles teorías acerca de cómo ocurrió el inicio del fuego en la zona del Delta. La primera hipótesis señala que el fuego fue encendido por los grandes propietarios de los campos con el fin de echar a los habitantes originarios, a quienes consideran intrusos. Una segunda hipótesis es la de la codicia: los productores encienden fuego como un modo de ganar tiempo y ahorrar dinero en maquinaria. Aquí se encuadra el fundamento del Gobierno y el propietario Passaglia, actualmente prófugo. La tercera hipótesis es la que manejan los bomberos respecto del clima y la conjunción de vientos.
Fuente: Critica Digital

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PRESIDENTE DR. DON RAUL RICARDO ALFONSIN...por siempre!!!!!

EN ESTE MOMENTO QUIERO ESCRIBIR...PERO SIENTO UN NUDO EN LA GARGANTA...Y LAS LAGRIMAS BROTAN UNA ATRAS DE OTRA Y ME PREGUNTO QUE PONER???... SI PUEDO ESCRIBIR MUCHAS COSAS... PERO QUE MAS DE LO QUE YA SE A DICHO...
SOLO TRATAR DE EXPRESAR UN SENTIMIENTO Y TENGO UN RECUERDO...
RECUERDO CUANDO ME TENDISTE TU MANO Y YO LA TOME, UNA MANO FIRME...
Y AL VER TU MIRADA TRANSPARENTE QUE TRANSMITIA PAZ...ERA LO QUE MI ALMA NECESITABA...
TU VOZ ME DABA LAS FUERZAS PARA SALIR DEL DOLOR...
Y ME DEJE GUIAR...
ME ENSEÑASTE LOS VALORES ETICOS ESENCIALES DE LA VIDA...
MIS DERECHOS Y CON ELLOS LA LIBERTAD!!!
DE TUS LABIOS ESCUCHE CON VOZ FIRME Y CON SENTIDO ALGO QUE HABIA APRENDIDO DE MEMORIA Y NO ENTENDIA...
"constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino"
FUISTE PARA MI UN PADRE QUE ME ENSEÑO EL CAMINO...Y AL CAMINAR ESTE...ENCONTRE QUE ERAS LA LUZ...
Y CON LOS AÑOS ESE SENTIMIENTO SE FUE AGIGANTANDO CON TU FIGURA...
HOY YA NO ESTAS...Y SIENTO QUE SE NOS FUE EL "FARO DE LA DEMOCRACIA" PERO QUEDO TU LUZ PARA SIEMPRE ENCENDIDA...

UN TEXTO QUE NO DEBEMOS OLVIDAR JAMAS:
"Nos, los representantes del pueblo de la Nación Argentina, reunidos en Congreso General Constituyente por voluntad y elección de las provincias que la componen, en cumplimiento de pactos preexistentes, con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general, y asegurar los beneficios de la libertad para nosotros, para nuestra posteridad y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia: ordenamos, decretamos y establecemos esta Constitución para la Nación Argentina."

QUE SIGNIFICA SER RADICAL

AUNQUE USTED NO LO CREA... ESTO ES ARGENTINA EN LA ERA KK!!!

MI MAMA ANDUVO CORTANDO LA RUTA

El periodista Osvaldo Bazan, nos cuenta con orgullo, la historia de su familia y el campo, una nota escrita con simpleza y sinceridad, pero tambien con orgullo.
Una nota para leer y recomendar...

Osvaldo Bazán

02.06.2008



Mejor, las rutas, porque estuvo por la 34, en Salto Grande, pero también por la 9, cerca de Armstrong, anduvo por Bouquet, cerca del límite con Córdoba, con mi madrina, con mi primo Horacio, que llega al piquete a la medianoche con su esposa y los chicos. Mi primo es de esa generación nueva de chacareros que eligieron no vivir en la ciudad, porque la ciudad ofrece menos oportunidades que el ancho mar de la soja. Trabaja el campo del abuelo, que ahora es de todos los tíos. Habla de igual a igual con el contador, el ingeniero agrónomo, el intendente del pueblo. Una noche en el corte asaron un lechón y lo compartieron con los camioneros. Otra noche fue un chivito. Horacio me dijo, hace unos años, en la época de Duhalde, caminando por entre miles de plantitas verdes: “yo no estoy en contra de las retenciones porque sé que es o las retenciones o la guerra civil. Pero es increíble que en la Capital nunca escuchen lo que nos pasa, sólo nos hablan para pedirnos”.
Recién hace tres años que la ruta que une Bouquet con cualquier otra localidad es asfaltada. Sin una 4 x 4 no llegaba al campo, los chicos no podían ir a la escuela y que a nadie se le ocurra enfermarse. No es una zona marginal. Es el centro exacto del planeta soja. De eso habla mi primo Horacio cuando habla de no ser escuchado.
Mi papá fue peón en el campo del padre de mi mamá.
Mi mamá también.
Ella era poco más que una nena rubia y él poco más que un adolescente morocho cuando se enamoraron y se prometieron una vida mejor. Ninguno de los dos pudo terminar la escuela primaria: se impuso el trabajo en el campo. En las mañanas con escarcha arrastraban entre las piernas la maleta –una especie de enorme tubo hecho con arpillera y cuero– que iban llenando con las mazorcas del maíz, antes de que existieran las cosechadoras. Ni él ni ella tenían zapatillas. A mis abuelos no les molestaba el trabajo infantil. Siempre les pareció una buena manera de aliviar la tarea. De ellos. Papá hacía muñequitas con las espigas más jóvenes de maíz.
Eran el juguete de mamá.
Mis abuelos se murieron sin haberse jamás dirigido la palabra. Se despreciaban.
El papá de mi papá era criollo, músico, borracho.
El papá de mi mamá era italiano, tacaño, quejoso.
Egoístas y machistas eran los dos.
Casi al mismo tiempo el país expulsaba al primero y seducía al segundo.
Al padre de mi papá lo llamaban los caciques del Partido Demócrata Progresista para que animara con su bandoneón los asados del comité. Le pagaban con vino, le daban la papeleta para que vote y se desentendían. El viejo se subía al sulky, seguido de los perros y se perdía en cualquier par de tetas provincianas. Dicen que tengo tíos no reconocidos en toda la provincia. Papá odiaba a su papá por eso. Su mamá sufrió en silencio la muerte de una hija recién nacida y el Dr. Silvestre Begnis le salvó la vida a mi papá, cuando ya estaba casi muerto.
Al padre de mi mamá Perón le dio un campito a pagar en cómodas cuotas y allá fue, con todos sus hijos. Trabajaba el abuelo, sí, pero cada dos por tres le hacía vender unas cuántas gallinas a la abuela. Con la plata que juntaba desaparecía cuatro o cinco días. No dejó hijos por la provincia. Sólo todo el dinero de las gallinas en las carreras de caballos en el Parque Independencia de Rosario y algunas putas enamoradas. Mientras tanto, la abuela, sola, en un rancho con nueve hijos y sin electricidad ni comunicación con los vecinos, no lloraba. Nunca vi a la abuela con un batón que no fuera negro.
Papá y mamá se vinieron a la Capital.
Él se convirtió en el mecanógrafo más rápido entre los oficinistas navales. Silbaba mientras escribía a máquina, virtud que hizo que una vez Francisco Manrique lo felicitara. También aprendió solito a sacar fotos para poder vivir sin patrones. Mamá entró como operaria en la Fábrica Argentina de Alpargatas (aún hoy dice, con no sé qué orgullo raro, “Fábrica Argentina de Alpargatas”), pero antes tuvo que sacar el carné peronista. Si no, no trabajaba. Entre sus peores recuerdos está la entrada del delegado a la fábrica para ordenarle que deje de pegar suelas y suba a un camión con un destino único: la Plaza de Mayo.
La ciudad no los sedujo. Apenas pudieron volvieron al pueblo, en Santa Fe. Él como fotógrafo, ella puso una zapatería, quizá para vengarse de la escarcha de la cosecha.
Hoy mamá tiene 73 años y un retazo de 11 hectáreas del campo aquel, que le da una renta anual de siete mil pesos. Mi mamá no habla de “el campo”. Ella habla de “los colonos”. Porque en el pueblo todavía se habla de “los colonos”. Papá –que nunca tuvo tierra– se reía de la aristocracia del pueblo: “Son ricos porque las vacas son infieles”, decía. Y les sacaba fotos y se las vendía, y así crecía el pueblito.
Lo que más llamó mi atención cuando me vine hace doce años a vivir a Buenos Aires es que en la Capital no se siente que el país sea más grande que este montón de casas, mientras que la presencia porteña en toda la Argentina es constante.
Hace días que me ronda la idea de que estas historias mínimas son las que se juegan en el “conflicto del campo”. Contarlas en Buenos Aires es lo que puedo hacer en nombre del lugar de donde vengo.

gentileza:Diario Crítica de la Argentina.

BASTA KRISTINA!!!

Los 25 años de la Democracia nos encuentran a los argentinos en una situación extremadamente preocupante. El fracaso del diálogo de los funcionarios del gobierno con los dirigentes ruralistas y el clima de confrontación que ello ha generado, debe llamarnos a todos a la reflexión y hacernos ver, que por esa vía no cabe esperar ninguna solución duradera. Solo el sano ejercicio democrático con sus componentes de disenso, discusión y diálogo, en un marco de respeto mutuo y de buena voluntad, nos despejará el camino hacia el consenso. Y nos preservará de los enfrentamientos sin retornos, que tanto nos han herido a lo largo de la historia. Solo una democracia plena asegura el marco del entendimiento hacia la armonización de los intereses en juego, resguardando lo más importante: el bien común. Ningún Pueblo ha alcanzado sus objetivos, sin haber alcanzado previamente objetivos básicos y unidad de metas. En nuestro caso y en esta especial circunstancia en el que el contexto internacional nos ofrece oportunidades que difícilmente se repetirán, resulta incomprensible que el desencuentro nos ponga de espaldas a esas posibilidades. Por ello, todos debemos contribuir, por las vías institucionales desde nuestros roles, instando a los protagonistas, al diálogo sereno, ofreciendo toda la colaboración, voluntad y prudencia. En definitiva, cuidando la democracia y su basamento republicano con desinterés, grandeza, actitudes constructivas y poniendo por encima de todos el destino de nuestra Patria.

UCR JUNTARÁ FIRMAS EN EL OBELISCO EN APOYO AL CAMPO


Mañana a las 12

El Comité Nacional de la Unión Cívica Radical, estará mañana a partir de las 12, en la Plaza de la República, recolectando firmas para la derogación de la resolución Nº 125 del 11 de marzo pasado, que aumenta y convierte en móviles a las retenciones, y por una ley que las coparticipe a las provincias.
En dicha actividad estará presente el titular de la UCR, Gerardo Morales, junto a
demás autoridades del radicalismo y la Juventud Radical.


El campo lanzará su contraofensiva mediática

LA NACION accedió a los spots de radio y TV y a las solicitadas que difundirán masivamente los productores; insisten en explicar que no son responsables de la inflación y critican la política agropecuaria
El conflicto entre el campo y el Gobierno ganará aún más presencia en los medios. El sector agropecuario tiene en las gateras su contraofensiva a la campaña mediática del Gobierno: con solicitadas en los principales diarios y spots para radio y televisión explicarán por qué “con la actual política agropecuaria ‘perdemos todos”.
En los videos, audios y solicitadas a los que tuvo acceso LA NACION, y que se difundirían masivamente los próximos días, el sector insiste en aclarar que los productores no tienen nada que ver con la inflación.
Así, esta campaña se revela como una nueva estrategia para reforzar la alianza que, desde el principio del conflicto, el campo trabó con los consumidores.
A tal punto que, tras repasar que esta política genera menos producción, menos oferta y por tanto más inflación, utiliza el nosotros inclusivo para afirmar: "Los argentinos estamos esperando una solución".
Según una fuente del sector, este lanzamiento se venía postergando “para no perjudicar las negociaciones con el Gobierno”. Sin embargo, en el actual contexto de enrarecimiento del conflicto, estudian comenzar la difusión.











EL 25 de mayo, los radicales vamos a Rosario

Se agotó el modelo de poder kirchnerista.


El próximo domingo 25 de mayo la Unión Cívica Radical dirá presente en el acto organizado por las entidades del campo en el Monumento a la Bandera de Rosario.
Es un acto por la democracia, por la dignidad, y por la lucha del campo.
La Unión Cívica Radical acompaña la legítima la lucha del sector agropecuario consciente de que ello significa la defensa del interés general.
El conflicto suscitado con el campo ha sido absolutamente innecesario. Los radicales, en claro apoyo y solidaridad con el campo bregamos por hallar cuanto antes una solución para no perder la colosal situación internacional que nos permita seguir creciendo.
Junto a intendentes, legisladores nacionales y provinciales, afiliados y simpatizantes, la conducción del Comité Nacional de la UCR hace extensiva la invitación a quienes deseen sumarse con su apoyo al acto convocado en el Monumento a la Bandera de Rosario el próximo domingo 25 de Mayo.
El lugar de encuentro será el Comité Central de la Ciudad de Rosario sito en la calle Paraguay 358, a las 10 horas.